lunes, 4 de julio de 2011

"Los poemas quechuas de Arguedas"

“Dicen que ya no sabemos nada, que somos el atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra mejor” (Arguedas) [1].

Los poemas son obras escritas en verso. Buscan expresar las emociones o impresiones del mundo para el autor, en donde es común el uso de la rima y otras herramientas del lenguaje. También se puede decir que un poema es la expresión directa del sentimiento del poeta al lector.
Dentro de los poemas, podemos encontrar aquellos que son épicos, líricos; los hay en forma de odas, dramáticos, de amor, de amistad, etc.

Los poemas que escribió Arguedas presentan una relación cultural quechua y los contextos sociales ocurridos en ese momento. En sus poemas, Arguedas utilizó el habla del canto quechua. Estos poemas se vieron Influenciados por su infancia en la comunidad indígena y su crianza. En su estilo no tradicional, desató una labor etnográfica – entropológica, folklórica y escritural, donde mostró interés por las creaciones del pueblo indio y mestizo de hoy.

Su principal objetivo al utilizar este recurso literario, era la transmisión de su cultura. El expresó sus sentimientos, y logra demostrar capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Realizó una operación pluricultural, donde los poemas se distancian de lo que es el canto quechua y baile, estos emiten desde una conciencia letrada a un público que primero escucha y que solo después lee.

También logró alcanzar un perfil como antropólogo, donde habla desde dentro de las comunidades y como escritor con mirada lírica; toma conciencia de la ‘’ quechuización’’, habla desde una heterogeneidad discursiva y cultural.

Aquí algunas partes de los poemas, por ejemplo “Katatay”, “Temblar”, es un himno escrito por Arguedas en 1965. El canto invoca a diversas fuerzas naturales y mesiánicas [2] para liberar al pueblo, un pueblo atormentado por la injusticia y la “tristeza”. La intención entonces, es lograr, por medio del poder performativo de la palabra convocar las fuerzas necesarias para producir una suerte de catarsis social.

Este no es una elegía antiimperialista, como pensó Sybila, este poema textualiza el poder panteísta, la fuerza y el efectismo cinético de la danza quechua, portadora y a nivel temático, del canto del fuego, canción muy antigua, que el propio Arguedas “estudia” en las fiestas de los ayllus indios de Puquio [3]:

“He prendido fuego en la cumbre,
he incendiado el ischu en la cima de las montañas.
¡Anda, pues!
Apaga el fuego con tus lágrimas” [4] .

Eso que viene, lo hace desde un solo lugar: el corazón del “Ande”, y por un solo motivo: purificar a sus habitantes, remecerlos, “temblarlos”, trocarlos en otra cosa. Por eso la presencia del dios serpiente, de las montañas sagradas y de la sangre de Jesús:

“¡Levántate, ponte de pie; recibe ese ojo sin límites!
Tiembla con su luz;
sacúdete con los árboles de la gran selva,
empieza a gritar...”

De hecho la estructura repetitiva y plagada de aliteraciones, permite transportar el “rumor y la música profunda del paisaje andino” [5] al poema. La pregunta inicial: ¿A qué viene la sombra?, se responde con una apelación ineludible:

“ Crea tú, padre mío, vida;
hombre, semejante mío, querido”

La fuerza y el sentido de los danzantes ha estremecido la estructura textual del poema, volviéndola dispersa y desatada [6].

A través de los poemas citados en el texto, podemos comprobar que estos presentan una relación cultural quechua, expresa sus sentimientos y los eventos sociales ocurridos en ese momento

Blanca Arrasco Torres
____________________________________________________________________[1] “Huk doctorkunaman qayay” (Llamado a algunos doctores). En Obras Completas. Op. cit. p. 253.
[2] mesianismo s. m.: Confianza absoluta en un futuro mejor y en la solución de problemas sociales mediante la intervención de una sola persona o un líder.

[3] “Simbolismo y poesía de dos canciones populares quechuas”, Señores e indios. Acerca de la cultura quechua. Lima: Calicanto Editorial, 1976. pp. 186-190.

[4] Poema compilado en Canto Kechwa, bajo el nombre “He prendido fuego...”. Op. cit. p. 25.
[5] “El valor poético y documental de los himnos religiosos quechuas”, Señores e indios. Op. cit. pp. 191-195.

[6] Algo parecido ocurre con el cuento “La agonía de Rasu-Ñiti”, publicado por primera vez en 1962. Lima: Ediciones Camino del Hombre.

1 comentario:

  1. RENAN FELIPE LUJAN FEIJO7 de julio de 2011, 22:21

    Estoy de acuerdo en que objetivo al utilizar el recurso literario, era la transmisión de su cultura. La expresión sus sentimientos, y logra demostrar capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Pero creo que la importancia de la poesía de Arguedas radica en que nos presenta la dinámica cultural del mundo andino en el terreno de la escritura

    RENAN FELIPE LUJAN FEIJO- LENGUAJE 2

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